Los ídolos del corazón

“Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová. Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros. Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin . . . Además, su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos. . . Métete en la peña, escóndete en el polvo de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad. La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido . . .” Isaías 2:5-12

Israel, la nación escogida con la cuál Dios estableció un pacto de gracia, fracasó al no entender las demandas de la santidad de Dios. El Dios de la Biblia es santo. Su santidad demanda justicia y perfección total y absoluta. Israel no entendió esto. En lugar de rendir honor y gloria al Dios santo y creador de todas las cosas, ellos se volvieron hacia los ídolos del corazón.

El pasaje en esta ocasión no se refiere a la idolatría pagana de adoración de imágenes o ídolos de madera o piedra. En esta ocasión son ídolos del corazón: costumbres, dinero (plata y oro), lo que fabricaron sus dedos (trabajo), etc. En última instancia, es la actitud del corazón que busca su gozo, placer y felicidad en cualquier otra cosa que no es Dios. Esto refleja el pecado de altivez o soberbia, “lo importante es mi deleite y satisfacción personal.” Lo que deseamos es más importante que buscar a Dios, agradecerle o darle honor y gloria.

Ante tal situación, el hombre se ha convertido en su propio dios al hacer sus deseos y necesidades el centro y prioridad de su existencia. Frente a esta actitud de soberbia, Dios llama a toda persona a juicio. El juicio de Dios será terrible y espantoso para todo aquel que con soberbia vive para complacerse a sí mismo olvidándose de Dios.

Si esta es la condición en que tú te encuentras hoy – siguiendo los ídolos de tu corazón en vez de dar gloria a Dios, con todo mi corazón te invito a reflexionar y volverte al Señor en arrepentimiento. Como pecadores todos somos culpables de esto. Nuestro Señor murió sobre una cruz para que pecadores idólatras puedan recibir perdón y misericordia. Vuélvete al Señor en arrepentimiento sincero para experimentar su amor, gracia y misericordia y no su juicio.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s