Hace dos mil años el Señor Jesús entró en la ciudad de Jerusalen sentado sobre un pollino. La entrada de Jesús evocaba imágenes del libro de Zacarías, dónde el profeta señalaba que el Mesías entraría en la ciudad sobre un pollino. Esta era la última llamada del Rey a su nación, una llamada a la fe y al arrepentimiento. Pero tristemente la nación rechazó a su Rey. De la misma manera hoy Jesús nos llama a todos con su humildad. Pero no para siempre. El Rey humilde un día vendrá con poder y gloria para juzgar a todos aquellos que se rebelaron contra su reino. Decide hoy seguir a Jesús y encontrarás gozo y salvación en el Rey humilde que vino a salvarte.